Vocación Docente:
Una Clave Para Mejorar La Educación
Muchas veces nos planteamos desafíos y sueños, pero no los enfrentamos
porque nos limitamos inconscientemente y soslayamos las barreras que parecen
infranqueables.
07 de Agosto, 2006 11:08
“Nunca consideres el estudio como una obligación,
sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del
saber”. Albert Einstein.
Una instancia vital para enfrentar grandes desafíos en educación es la vocación docente, la cual nos libera de temores e influye en gran medida en el constante desarrollo personal, cuyo objetivo es entregar una mejor calidad de enseñanza a quienes son los actores principales de la educación, nuestros alumnos. La vocación, por tanto, se transforma en el pilar fundamental para motivar a quienes somos formadores de personas, guías pedagógicos, orientadores de procesos de crecimiento.
Teniendo vocación, los desafíos educacionales se enfrentan de mejor forma, son beneficiados los alumnos cuando esta vocación se vive intensamente, pero además, el docente se siente satisfecho y autorrealizado.
En este sentido, la autorrealización es esencial para emprender y entregar lo mejor a la juventud en una época en donde hay cambios radicales, tanto en lo social, económico, como valórico y cultural. El docente debe encauzar sus energías hacia un constante trabajo personal por ser mejor y por ende, entregar con amor, aquellos conocimientos y valores humanos en pro de aprendizajes significativos y pertinentes en la formación de sus alumnos; teniendo la convicción que si existe la reciprocidad entre ambos agentes, los frutos serán mañana las bases de una nueva sociedad.
Lo que se siembra en terreno fértil, la juventud, dará los resultados anhelados, jóvenes autónomos, democráticos, exitosos y felices.
“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”.Gabriela Mistral.
Una instancia vital para enfrentar grandes desafíos en educación es la vocación docente, la cual nos libera de temores e influye en gran medida en el constante desarrollo personal, cuyo objetivo es entregar una mejor calidad de enseñanza a quienes son los actores principales de la educación, nuestros alumnos. La vocación, por tanto, se transforma en el pilar fundamental para motivar a quienes somos formadores de personas, guías pedagógicos, orientadores de procesos de crecimiento.
Teniendo vocación, los desafíos educacionales se enfrentan de mejor forma, son beneficiados los alumnos cuando esta vocación se vive intensamente, pero además, el docente se siente satisfecho y autorrealizado.
En este sentido, la autorrealización es esencial para emprender y entregar lo mejor a la juventud en una época en donde hay cambios radicales, tanto en lo social, económico, como valórico y cultural. El docente debe encauzar sus energías hacia un constante trabajo personal por ser mejor y por ende, entregar con amor, aquellos conocimientos y valores humanos en pro de aprendizajes significativos y pertinentes en la formación de sus alumnos; teniendo la convicción que si existe la reciprocidad entre ambos agentes, los frutos serán mañana las bases de una nueva sociedad.
Lo que se siembra en terreno fértil, la juventud, dará los resultados anhelados, jóvenes autónomos, democráticos, exitosos y felices.
“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”.Gabriela Mistral.
Las consecuencias de ser
profesor: la maravilla, el esplendor de una estrella que comienza a brillar con
luz propia, la satisfacción del cansancio, la alegría del murmullo constante de
voces joviales que comienzan a vivir, el dolor de la frustración que nos
recuerda que cada día podemos aprender algo nuevo, el reconfortante
reconocimiento de que siempre podemos mirar hacia al lado y ver a un colega del
cual podemos aprender y pedir consejo, la certeza de que nos desempeñamos en el
lugar en que renace la alquimia, donde surge la magia, donde las personas
forjan su futuro y tú, profesor, tuviste la oportunidad, la dicha de estar
allí.
Nadie se hará rico en dinero siendo docente, y aunque muchas veces se
reniegue de la juventud, desafiante y rebelde, nuestros alumnos poseen el
magnífico atributo de hacernos sentir un poco más jóvenes en cada encuentro,
cuando comprobamos que aún podemos sonreír con sus bromas o sus picardías
inocentes. Y sí, muchos docentes nos sentimos ricos en experiencias de vida, en
comprender que nuestra tarea es importante y necesaria, que mostramos caminos,
y vamos tomando de la mano a cada uno de nuestros niños y jóvenes para
soltarlos de a poquito, como se hace con un pequeño que aprende a caminar, y
esa es nuestra satisfacción más grande, ver como se van haciendo grandes, cada
día mejores, aprendiendo de nosotros, de sus compañeros y de ellos mismos,
superándose y eligiendo libremente su destino.
yo creo que el que tiene esa vocación de educador, enseña con calidad, pasión, amor y respeto No admite mediocridad, Busca la perfección y cultiva en sus alumnos sed permanente por saber y superarse para un mejor futuro siendo autónomos y críticos e independientes.
ResponderEliminar