Quien tiene vocación docente es alguien que siente
la necesidad de brindarse, de contribuir al perfeccionamiento social, que posee
paciencia, comprensión, es altruista, y por sobre todo, ama a los niños y a la
juventud.
Un buen docente debe ser humilde, conocedor de sus
limitaciones personales, necesita sentirse seguro de lo que conoce y de que
siempre hay mucho por aprender; que los alumnos enseñan día a día con sus
reclamos, con sus expectativas y sus experiencias de vida; y que la propia
sociedad, en su progreso científico y tecnológico desenfrenado exige estar
siempre alertas para adecuarse a los cambios.
Si eres capaz de alentar en los traspiés, de
estimular en las aptitudes, de comprender los errores, de escuchar, de volver a
explicar, si puedes no juzgar, si aprendiste a valorar, si aceptas los desafíos
y los desacuerdos, si el éxito que buscas en la vida es ser feliz porque haces
algo ética mente valioso para los demás y para ti mismo, si puedes imponer orden
y respeto con tu presencia y ejemplo, si eres capaz de desandar el camino y
volver a empezar para alcanzar el objetivo, si sabes dar y recibir afecto, si
tienes mucha paciencia… entonces tu vocación es sin dudas la docencia.
Si hablamos de las razones para ser profesor,
sólo una respuesta: Vocación, el firme interés por la justicia, por el derecho
que todos tenemos a superarnos, a ser más, la convicción de que somos capaces
de modificar realidades y hacerlas más favorables para quienes empiezan el
camino de la vida. Y en este camino siempre tropezamos con las dudas: ¿cómo voy
a ser yo capaz de eso? , la respuesta: no, no soy yo, son los niños, son ellos
que despiertan al mundo, ellos que logran crecer, avanzar y desarrollarse,
ellos que necesitan un apoyo para volar con alas propias, entonces el docente
se transforma en el mediador, el facilitador del conocimiento y el aprendizaje,
el que se prepara, estudia e investiga para que sus alumnos aprendan.
al elegir ser profesor lo hacemos por que de una u otra manera sentimos la vocación de realizar tan hermosa profesión. Pues no toda persona tiene ese anhelo, paciencia y dedicación para desarrollar la labor de enseñar, orientar y guiar a nuestros niños o jovenes.
ResponderEliminarla verdadera vocación de un docente implica exigencia, cariño ya que es necesario que nosotros como futuros educadores nos entreguemos absolutamente a nuestros alumnos, y estemos siempre dispuesto a escucharlos y ayudarlos. Más allá de transmitir conocimientos, de saber las materias y de hacer clases, debemos de quererlos a todos sin diferencia alguna,relacionarnos con ellos. Debemos de ser Democráticos, tener un trato adecuado, buen conocimiento de lo que se enseña, criterio pedagógico y formativo y una sólida formación en virtudes.
ResponderEliminarMe encantó "Si eres capaz de de alentar en los traspiés...", me tome el atrevimiento de copiarlo para compartir esta hermosa reflexión a mis compañeros de Academia.
ResponderEliminarCon las disculpas, pero es bueno trascender.