El autor resalta como ha ido disminuyendo la venta de los libros impresos y a la vez han aumentado los libros virtuales; pero a la vez nos muestra un paralelo de éstos dos tipos de libros, mostrando las diferencias que más se reconocen entre los tipos de libros; con lo cual, nos muestra que el libro impreso nunca va a morir porque con él surge con mayor brevedad y gusto la imaginación, además; ayuda a despertar mucho más los sentimientos de las personas que se sienten identificadas al leer cierta clase de libros.
Es lógico que la tecnología disminuya la vente y distribución de los libros impresos, porque la idea de la tecnología es acortar pasos en el ritmo de vida que llevamos los seres humanos en este momento, pero por más que se quiera los libros impresos no van a morir porque son éstos los que le dan esencia al ser humano y a sentir amor y gusto hacia un libro.
Lo que no debemos hacer
Lo que debemos hacer
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